18 ago 2008

~ Marzo

El corazón lleno de agua. Llega un momento en el que no puedes tragar más. Y ni siquiera sabes cómo echar fuera todo lo que te está ahogando.
Lloras. Sí, lloras. Y en tus lágrimas se refleja lo que hace que existan, lo que hace que existas.
Llamas a Alguien. Alguien es la única persona que te puede salvar.
No sé si sabes que cada persona tiene una esponja al lado del corazón para recoger lágrimas. Esa esponja es la que salva a las personas.
Llegas a casa de Alguien, que abre la puerta (no sabes porqué, pero estaba cerrada) y te abraza con sus brazos fríos y sus ojos grises.
- Mi esponja está llena de agua. Lo siento - dice.
- ¿Que tu esponja qué? ¿Y mis lágrimas?
- Es lo único que te importa? ¿Tus lágrimas?
- ¿Quieres dejar de decir tonterías? Tu esponja está llena.
- Ya... Lo sé. ¿Se puede saber qué es lo que te molesta?
- ¿Por qué coño no me llamaste para que llenara la mía?

23 mar 2008

~ y mis mejores galas

todo esto te pasa por creer en Romeo y Julieta.

30 ene 2008

~ ¿te enteras?



No puedes rendirte si ni si quiera lo has intentado.

~ y ya nada es como antes

Te miro. Eres la sombra de la persona que me enamoró. No eres más que un recuerdo. Recuerdos de risas, palabras enlazadas que al salir de tu boca se convertían en poesía, silencios llenos de palabras. Pero tu corazón ahora está al revés. O quizá es el mío. Y todo cambia. O quizá todo sigue igual, pero al cambiar tu mundo, el mío ya no es igual. El mío ya no puede ser igual.

Con las palabras puedes herir tanto a una persona que ni si quiera notaría el impacto de mil balas en su cuerpo. Y lo peor es que cuando disparas balas, eres consciente, pero con las palabras no pasa lo mismo. Todo el mundo está cambiando. Personas que antes se reían del comportamiento de otras, ahora lo imitan. Personas que antes no tenían interés en algunas cosas, ahora las compran, las utilizan, o las fotografían. La música cambia, incluso los libros cambian (aparecen). Y yo sigo aquí, en mi nube, viendo cómo personas que antes vivían conmigo se caen y se dan un golpe contra el suelo. Viendo cómo personas que se reían de los que estamos aquí arriba, intentan subir por todos los medios. Y lo peor es que lo consiguen.

Lo peor es que esas personas nunca entenderán nuestras metáforas. Las metáforas que ahora ellos tararean. Las metáforas de las que se reían.Esas personas nunca entenderán lo especial que puede ser un atardecer, una bolsa de chucherías o los rayos de sol colándose en una habitación por la ventana. Los modos macro, súper macro o los objetivos intercambiables. Películas demasiado especiales.

Y mientras siento como si me arrancaran trozos de corazón, tú sigues en tu mundo. Arrancándomelos. Y no te das cuenta…

~ tú siempre serás mi Estrella*

Estrella*

Una vez le prometió: “tú siempre serás mi estrella”. Y la estrella se apagó. Vuelve a iluminarte, estrella… Escondida en un cajón, estrella. O dentro de una botella. Estrella… Siempre la misma canción, llorando sin ton ni son. Vuelve a iluminarte, estrella.

*

Después de escuchar tantos cuentos de hadas, las niñas queremos ser princesas (algunas incluso reinas). Tener un hada que haga realidad nuestros sueños con su varita mágica. Y un príncipe… Un príncipe que nos diga que el futuro sólo va a existir si estamos con él. Un príncipe que hace que todo sea bonito con una sonrisa. Yo de pequeña siempre quise tener una varita. A mí no me valía eso de que los demás hicieran realidad mis sueños. Supongo que por eso no me tocó ni el hada ni el príncipe. Pero la vida siempre nos da lo que no hemos pedido…

La tarde más fría que os podáis imaginar (y no por temperatura, que harían unos 35 ºC) me bajó del cielo una cosita muy pequeña (o muy grande. Según se mire) y brillante. Era la primera vez que yo veía una como esas. La verdad es que no miraba mucho al cielo: no me gustaba mirar las cosas que no podía (puedo) conseguir.El caso es, que la cosita brillante se puso un delante de mí y me miró. Durante un rato no dije nada, no podía dejar de mirarla. Era (es) tan bonita… “¿Quién eres?”, le pregunté. Ya no quería que me mirase más, sus ojos… Sus ojos decían demasiadas cosas, cosas que yo debía (pero no quería) escuchar. Sus labios se separaron… “Soy tu estrella”, me dijo.En los libros de astrología siempre se estudian esas cosas… Las estrellas. Se dice que son esferas, pero las dibujan con cinco puntas, dicen que generan energía en su interior, pero yo creo que generan ilusiones.
También he leído que se observan en el cielo como puntos luminosos, que nos guían… Dicen que el Sol es la estrella que más brilla, porque es la que se encuentra más cerca de nosotros.
Me gustaría poder contaros cómo son las estrellas, sin palabras de esas tan raras que les gustan a los científicos, pero como no tengo la suerte de conocerlas a todas, os diré cómo es la mía, mi Estrella.

Estrella es sueños por cumplir. Palabras grabadas en la retina. Cosquillas a distancia. Flores que no se marchitan. Flores que se marchitan pero renacen más bonitas que antes, con mil colores diferentes. Canciones que nadie canta. Lugares olvidados. Personas que esperan. Personas que desesperan. Sonrisas que se esconden. Corazones con tiritas. Días de sol. Días de lluvia. Días de tormenta… Estrella brilla más que el Sol, incluso cuando se apaga. Es pentagramas con notas al azar. Guitarras de mil cuerdas. Globos de colores. Botones que no quieren ser cosidos.Estrella es magia. Y, aunque nunca lo pidió, se quedó con el polvo de hadas que Campanilla les regalaba a los Niños perdidos. Es canciones para el tiempo. Canciones para la distancia. Es recorrer kilómetros para ver(te)(le)(me) sonreír. Es no rendirse nunca. Es aprender de lo que enseña. Es enseñar lo que aprende. Estrella es juegos de palabras. Metáforas que ninguno entenderíais.


Hoy estoy aquí porque ella cumple años. Y no sé qué palabras elegir. ¿Cómo decirle lo importante que es para mí? Creo que si enlazara todas las letras del mundo y formara todas las palabras que existen, no bastaría.

Así que he decidido quedarme con una. Sólo con una, pero que vale por mil…Simplemente: Gracias.

Por cada lágrima que me ha hecho derramar (siempre de alegría. Siempre).
Por todas las sonrisas que me ha dibujado.
Por todas las veces que me ha levantado.
Por demostrarme que los regalos inesperados son los mejores.
Y por todas esas cosas (esos secretos) que ella sabe y no hace falta que vosotros conozcáis.

30 dic 2007

~ cobarde valentía

- Adiós –dijo, intentando retener las lágrimas.
- Adiós –contestó él, y la abrazó.
Cuando se conocieron, los dos se confesaron el mayor de sus secretos: odiaban la palabra “adiós”. Siempre decían “hasta pronto”, “hasta luego” o cualquier palabra que les daba la seguridad de que volverían a ver a la persona de la que se estaban despidiendo. Esta vez era diferente.
Valentina se quedó pensando… Realmente su nombre no le hacía justicia. Mientras el príncipe con el que había soñado durante toda su vida le decía adiós, ella era incapaz de confesarle todo lo que su corazón le gritaba.
Cuando David se separó de ella, sintió que se llevaba su corazón. No dijo nada, le miró. Vio que tenía los ojos llenos de lágrimas y no pudo reprimir las suyas.
En aquel instante, pasaron por su mente todos los momentos que habían pasado juntos. Aquel viaje de 12 horas en su coche, cuando ella ocupaba el asiento del copiloto. Cuando los rayos del Sol fueron su despertador. Y había cambiado el techo de su habitación por la sonrisa de la persona a la que más quería. Aquella tarde entre las hierbas más altas que había visto nunca, cuando las mariposas se dejaban atrapar. Jugar a volleyball en la piscina y ganar (o perder) siempre entre risas. La noche que llovía a mares y David insistió en acompañarla hasta su portal… Terminaron los dos en casa de Valentina, tosiendo empapados, tirados en el sofá, discutiendo qué película ver.
Las tardes infinitas en el parque, cuando los dos tenían la sensación de que el Sol sólo salía para verles. Contar las nubes, y las estrellas. Los abrazos de repente. Y las palabras mudas…
David se acercó a ella. Levantó su cabeza. Por una vez, no quería que mirase las baldosas de la estación.
- Hasta pronto –dijo, y la abrazó.
Cuando se separaron, Valentina tuvo la sensación de que seguía sin corazón, pero ahora el de su príncipe ocupaba el vacío.

25 dic 2007

~ historias de vocales

Puedes ser
una flor olvidada en un vaso
un terrón de azúcar
una piruleta con sabor a sueños hechos realidad (o sueños por cumplir)
unas botas de agua en un día lluvioso (o en uno soleado)
una gota de lluvia que aterriza en mi mejilla.

Pero también puedes ser una sonrisa de colores (o en blanco y negro).

Puedes ser el último parpadeo (o el primero)
un abrigo nuevo (mejor viejo) paseando en el primer día de nuestro Invierno
un sueño (una realidad)
el motivo por el que seguir luchando (o el motivo por el que rendirse)
un payaso con zapatos pequeños
una fotografía rota guardada en un cajón
tu reflejo en mis ojos (o mi reflejo en los tuyos)
una niña con zapatos nuevos
mi primer libro sin dibujos
o
un corazón y dos inicales sumadas en un árbol.

Pero eres tú,
y eso es lo mejor de todo.

23 dic 2007

~ pijamas de azúcar



azúcar [la miel a tu lado es como el agua del mar]
días [los que me pintas de azul]
risas [compartidas]
imaginar[te]
amapolas [del color de tu sonrisa]
nadar [en tus ojos.en tus palabras]
astrolabios [desde que te has ido, mi calle es gris plomo]


*

~ un cuento para ti:
en las páginas de un libro sin título vivían dos palabras especiales: Aguda y Esdrújula sólo se fijaban en las iniciales. sus vidas eran paralelas. pero un día del primer mes del Otoño, E se volvió a A. intercambiaron palabras y sonrisas. desde ese momento, pasaron muchos o pocos días (según se mire). pero todos especiales. ahora, según la estructura de los cuentos, viene cuando todos viven felices y comen perdices. pero este cuento va a ser especial, porque a mí me gustan más los cuentos sin final.

~ y un cuento para A:
sabes que mi mundo es tan frágil como yo (pompa de jabón), y que una de sus cualidades es hacerse pequeño. me despierto tambaleándome, con miedo. no quiero caerme. levantarme es tan complicado… pero un día de ese Otoño las cosas cambiaron. mi mundo sigue girando. sigue dando vueltas, cada vez más rápido. continúa menguando. pero cuando su tamaño empieza a cambiar, justo entonces, apareces tú. coloreándolo todo con colores que sólo tú puedes fabricar. inventándote mis sonrisas.antes era un botón olvidado en un cajón esperando a ser cosido en un abrigo viejo. un niño que no sueña. un corazón que no late. una canción que nadie tararea. una fotografía que nadie ve. una mariposa sin alas. un diario al que nadie le cuenta sus días. un libro sin letras. o un lápiz sin carbón.y tú, sólo tú, cuando llegaste a mi galaxia lo cambiaste todo. ni siquiera te ha hecho falta una varita, porque en esta historia, la maga y la varita son la misma: son la Aguda.

*