30 dic 2007

~ cobarde valentía

- Adiós –dijo, intentando retener las lágrimas.
- Adiós –contestó él, y la abrazó.
Cuando se conocieron, los dos se confesaron el mayor de sus secretos: odiaban la palabra “adiós”. Siempre decían “hasta pronto”, “hasta luego” o cualquier palabra que les daba la seguridad de que volverían a ver a la persona de la que se estaban despidiendo. Esta vez era diferente.
Valentina se quedó pensando… Realmente su nombre no le hacía justicia. Mientras el príncipe con el que había soñado durante toda su vida le decía adiós, ella era incapaz de confesarle todo lo que su corazón le gritaba.
Cuando David se separó de ella, sintió que se llevaba su corazón. No dijo nada, le miró. Vio que tenía los ojos llenos de lágrimas y no pudo reprimir las suyas.
En aquel instante, pasaron por su mente todos los momentos que habían pasado juntos. Aquel viaje de 12 horas en su coche, cuando ella ocupaba el asiento del copiloto. Cuando los rayos del Sol fueron su despertador. Y había cambiado el techo de su habitación por la sonrisa de la persona a la que más quería. Aquella tarde entre las hierbas más altas que había visto nunca, cuando las mariposas se dejaban atrapar. Jugar a volleyball en la piscina y ganar (o perder) siempre entre risas. La noche que llovía a mares y David insistió en acompañarla hasta su portal… Terminaron los dos en casa de Valentina, tosiendo empapados, tirados en el sofá, discutiendo qué película ver.
Las tardes infinitas en el parque, cuando los dos tenían la sensación de que el Sol sólo salía para verles. Contar las nubes, y las estrellas. Los abrazos de repente. Y las palabras mudas…
David se acercó a ella. Levantó su cabeza. Por una vez, no quería que mirase las baldosas de la estación.
- Hasta pronto –dijo, y la abrazó.
Cuando se separaron, Valentina tuvo la sensación de que seguía sin corazón, pero ahora el de su príncipe ocupaba el vacío.

3 comentarios:

:) dijo...

que triste pero cierto.
fue bastante reconfortante leerlo, más por los buenos momentos que había que por la despedida :)

perdón que sea tan patúa xD pero fue muy lindo lo que escribiste

Anónimo dijo...

El futuro solamente podría convertirse en nuestra suerte*
Que tengas la mejor noche de reyes.
Te quiero, pedacito de mí, princesa del círculo polar (dibujaré una línea en el suelo que diga de qué lado de la habitación está el Círculo)*

Paz dijo...

felicidades

nada de amargos, de cafeses ni de lágrimas